Negacionismo y Conspiraciones
A veces nos pasan cosas que nos superan, porque no encajan en los esquemas de lo que hemos aprendido a aceptar como realidad. Una realidad cambiante y poliédrica que acostumbra a sorprendernos e incluso a desestabilizarnos, porque nos hace caer y morder el barro. Pero siempre hay alguien que nos tiende una mano para ayudarnos a levantarnos y a reconducirnos, haciéndonos ver que la vida es así de caprichosa con todos y que no hay mal que dure cien años, ni quien lo pueda aguantar. Pero, en ocasiones, esas caídas son más fuertes y tremendas de lo que nos creemos capacitados para resistir y entonces nuestra mente, temerosa de perder el control, pone en marcha un engranaje de autoprotección que nos lleva por caminos insospechados. Uno de ellos, quizá el más común, es el de la negación. Negar lo que nos ha pasado es una forma de retrasar nuestro cara a cara con la pérdida, con el dolor. Creer que esa persona que acabamos de perder, en realidad, no se ha ido. Que está escondida, o secuest