Oxígeno y Agua
Algunas voces coinciden al afirmar que hacer un viaje siempre es realizar un
recorrido por dentro de nosotros mismos, porque nunca regresamos de él siendo
los mismos que cuando nos marchamos. Las nuevas experiencias nos cambian,
porque nos despiertan cosas que creíamos olvidadas o nos muestran otras en las
que aún no habíamos reparado.
Emprender un viaje es un modo de abrir un
poco la mente para permitirnos observar otros paisajes, otras realidades que
nos pasan inadvertidas mientras estamos inmersos en un día a día que tiende a
ser asfixiante. Aunque respiremos y nos hidratemos convenientemente, en nuestra
vida diaria nos sentimos muchas veces al borde de la insolación, incluso en
días en que no se digne a salir el sol y el frío y la lluvia nos tiendan
abrazos gélidos. Es tal la carga mental que soportamos que la saturación de mundo
y de estrés hacen mella en nosotros.
Parc Nacional d'Aigüestortes (Lleida) |
La naturaleza siempre ha sido la mejor
medicina para aquellos que necesitan desintoxicarse del mundanal ruido. Thomas Mann
supo ofrecernos una muestra de ello en su obra "La Montaña mágica". Igual que
después lo han hecho otros autores más recientes como Paulo Coelho en“A
orillas del río Piedra me senté y lloré” o “La quinta montaña”, Amy Tan en “El
valle del asombro” o “Un lugar llamado nada”, Marlo Morgan en “Las voces del
desierto” o Gao Xingjian en “La montaña del alma”.
Poner distancia de nuestro día a día,
aventurarnos a recorrer nuevos caminos, abrirnos a personas desconocidas hasta
este momento y atrevernos a experimentar sensaciones, emociones y sentimientos
inexplorados es lo que hace de las vacaciones una oportunidad para
reencontrarnos con nosotros mismos y aprender a reconectarnos con los demás y
con el mundo de maneras menos nocivas y mucho más constructivas.
A veces no hace falta ir muy lejos.
Simplemente dignarnos a caminar un rato en silencio bajo la sombra de alguna
zona arbolada o bordear la orilla de un río o del mar, cuando la playa está
desierta, para resituarnos en nuestro universo y sentirnos plenamente vivos y
con ganas de seguir estándolo.
Caldes de Boí |
Como criaturas terrestres, somos
representaciones en miniatura del planeta que nos alberga en su seno. Como la
tierra, somos agua en nuestra mayor parte, pero necesitamos también el aire
para mantenernos vivas. Escaparnos a un
valle o a una montaña es la mejor opción para recargar pilas y recordar que,
por encima de todos los avances tecnológicos y de todo el estrés que nos obliga
a padecer nuestra vida ultramoderna, mientras vivamos, seguiremos siendo agua y
aire, como el resto de seres vivos con los que nos reencontramos cuando
abandonamos nuestra zona de confort o disconfort.
Parc Nacional d'Aigüestortes (Lleida) |
Descubrirnos en medio de la naturaleza
salvaje y sentir que el silencio no es tal, porque los sonidos que emiten los
pájaros, los insectos y las propias hojas de los árboles cuando las agita el
viento componen sinfonías inéditas que nos empapan el alma y nos relajan la
mente, tan absurdamente poblada de ruidos artificiales.
Estany de Llebreta- Parc Nacional d'Aigüestortes- Lleida |
Maravillarnos con el vuelo de una mariposa o
con la humilde belleza de unas pequeñas flores azules, de unas margaritas
silvestres o de unas rosas salvajes es como recuperar una parte de aquellos
niños que un día fuimos y que mantenían intacta su capacidad de sorprenderse
por las pequeñas cosas que, en definitiva, son las que nos hacen grandes.
Estrella Pisa
Psicóloga col. 13749
Hola Estrella,
ResponderEliminarMe paso para leerte y me encuentro con esto. ¡Qué alegría! A mi me gusta perderme por las calles, pero también por la naturaleza, gracias a Dios, o a mi perro, nos perdemos por unas zonas alejadas que aun alberga vegetación, campo y montañas. Nada que ver con la ciudad. Es el silencio y la calma. Entiendo lo de reconectar porque me ha pasado más de una vez de acabar sientiendo emociones que sobre salen de lo habitual, es cómo ahondar en las emociones solo que, vuelves en un estaado de calma de cuerpo y mente, indescriptible.
Esta vez no te dejo tanto porque sé que puede ser un poco cansado leer tantos parrafos y como me comentaste en bloguers y me hizo mucha ilusión aquí estoy.
¡¡Gran post Estrella!!
Muchas gracias, Keren. Me alegro de que te haya gustado el post. La naturaleza siempre es una fuente de energía en la que recargar las pilas cuando los micromundos en los que hemos elegido vivir nos agobian demasiado.
EliminarUn fuerte abrazo.