Letras de Paz en Tiempo de Guerra

 

“Si la guerra es el fracaso de la diplomacia, entonces... La diplomacia, bilateral y multilateral, es nuestra primera línea de defensa. El mundo, hoy en día, gasta miles de millones preparándose para la guerra; ¿no deberíamos gastar uno o dos mil millones preparándonos para la paz?

Esta frase se le atribuye a Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas entre los años 1997 y 2006.

Llevamos toda nuestra historia como humanos ejercitándonos en la guerra, pero aún no hemos aprendido a entrenarnos para la paz. Somos seres impulsivos y de gatillo fácil. Ante la menor contrariedad, lo primero que hacemos es ponernos a la defensiva, mostrar los colmillos y ponernos en posición de ataque, exactamente igual que cualquier otro animal, pero con la salvedad de que nosotros nos atacamos entre nosotros mismos.

Nos escudamos en reglas orquestadas entorno a una moral, una ética y unos principios que, de tanto manosearlos en vano, se nos han quedado rancios. Y nos llenamos la boca de palabras como patria, bandera o héroe para tratar de justificar lo injustificable y de defender lo indefendible.

Matar a otro ser humano en nombre de una patria no nos convierte en héroes, sino en meros asesinos que siembran el horror sólo por obedecer al fanatismo y la ambición de la élite que nos gobierna.

Imagen de Diversidad Literaria

En una guerra, ninguno de los bandos enfrentados gana. Todos pierden. 

Los únicos que salen ganando son los de siempre: los que las provocan desde la comodidad de sus despachos con el propósito de anexionar a sus absurdas patrias nuevos territorios y de alardear de testosterona ante los que derraman su sangre inocente sin obtener otra cosa a cambio que una familia fragmentada y desplazada, una casa en ruinas, un futuro en blanco y negro.

Cuando las ideas se gestan mezclando el concepto de libertad con los de muerte, sacrificio, patriotismo o heroicidad... nunca se traducen en nada bueno para ningún pueblo. 

Esos discursos cargados de grandes palabras son el recurso que los gobiernos utilizan para disfrazar su cobardía y su fracaso a la hora de hacer lo que tendrían que saber hacer, que es llegar a acuerdos con sus oponentes. Con su colorida verborrea nos manipulan para que nos sacrifiquemos por ellos hasta el punto de perderlo todo en nombre de la libertad de nuestros pueblos. Todo mentira, pues nunca de una guerra ha emergido un pueblo libre. Ni siquiera cuando los tiranos que las han provocado han resultado muertos o juzgados. Pues nunca se hacen esperar quienes les toman el relevo y el mundo sigue girando entorno a la misma mierda y la misma sinrazón.

¿Merece la pena arriesgarse a morir por una patria tan podrida desde la raíz?

En 1960, el economista francés François Perroux escribió lo siguiente:

Se cree morir por la clase, se muere por las gentes del Partido. Se cree morir por la Patria, se muere por los Industriales. Se cree morir por la Libertad de las personas, se muere por la Libertad de los dividendos. Se cree morir por el Proletariado, se muere por su Burocracia. Se cree morir por orden de un Estado, se muere por el orden que lo sostiene. Se cree morir por una nación, se muere por los bandidos que la amordazan. Se cree…pero, ¿por qué creer en una oscuridad tal? ¿Creer? ¿Morir?….

¿Cuándo se trata de aprender a vivir?"


Con distintas palabras, Perroux venía a decir lo mismo que decía Kofi Annan: De lo que se trata es de cambiar el chip y enfocarnos hacia la vida, no hacia la muerte.

A veces queremos hacer cosas tan grandes que, siendo conscientes de que para lograrlas hemos de involucrar a muchas más personas y aprender a trabajar en equipo, nos olvidamos de lo que queremos nosotros mismos. Sacrificamos nuestros sueños, nuestras familias, nuestros recursos en pro de ideales que nos sobrepasan y nos acaban arruinando la vida. Y, total, ¿para qué? ¿Para conseguir una medalla o para que cubran nuestro ataúd con una bandera impecable que habremos pagado con nuestra sangre y con el sufrimiento de aquellos que habremos dejado atrás?

Vídeo realizado partiendo del vídeo de Devastation de Erosvideos en Pixabay y de la composición Air on the G String de Johann Sebastian Bach.

Ningún territorio se merece la sangre que derraman sus hijos en los campos de batalla ni en sus calles. 

Ningún gobernante es digno de que nadie muera o mate en su nombre. Si los que están al mando no son capaces de ejercer correctamente sus funciones ni de lograr el entendimiento en los encuentros diplomáticos, lo que han de hacer es dimitir, hacerse a un lado y permitir que otros con más de lo que hay que tener, demuestren su valía o al menos lo intenten.

Vivir es una aventura mucho más importante de lo que a priori nos pueda parecer. 

No va de enredarse en juegos de egos que implican competir por ver quién la tiene más grande. Va de experimentar con los sentidos, va de dejarse llevar impulsados por los verdaderos sueños, va de atreverse y equivocarse para conseguir aprender de verdad, va de dignarnos a ser sinceros con nosotros mismos y con los demás, va de empatizar con nuestros compañeros de travesía y de ponernos dentro de sus zapatos cada vez que no entendemos su dolor, su rabia o sus ganas de tirar la toalla. La única libertad posible siempre es la individual, porque las grandes palabras tienen tantos significados distintos como personas habitamos este planeta. Lo que para mí es libertad, para otras personas puede ser conformismo, o cobardía, o incluso sumisión. Pero lo que ha de importarnos es que a nosotros nos sirva nuestra propia creencia de libertad. Lo mismo ocurre con la paz, con el amor o con la felicidad. Son conceptos demasiado sobredimensionados y cuando tratamos de unificar criterios entorno a ellos, siempre habrá alguien que se sentirá estafado, manipulado y encorsetado en sus estrecheces.

Hay que aprender a vivir por y para uno mismo. Sólo si nos queremos y respetamos a nosotros mismos, conseguiremos querer y respetar a los demás. Y morir cuando nos toque, por la circunstancia que sea, pero nunca por el capricho de algún inepto que haya decidido enviarnos al matadero, intentando embriagarnos con la quimera de la patria. La verdadera patria son los paisajes y las personas que nos hacen sentir en paz.

Apostando por la paz, por el entendimiento entre los pueblos que no han podido evitar llegar a las manos y a las bombas, la editorial Diversidad Literaria promueve el proyecto de la antología de relatos Letras de paz en tiempo de guerra, en el que participo junto a seis autores más.

El proyecto tiene una duración prevista de dos meses y el libro se publicará si se alcanza un mínimo de cien ejemplares vendidos a través de la la web de la editorial. El enlace es el siguiente:

 Letras de paz en tiempos de guerra - Obra colaborativa crowdfunding (diversidadliteraria.com)

Lo más interesante de este proyecto es que parte de los beneficios de la obra irán destinados a una ONG con el fin de ayudar a los refugiados de la guerra de Ucrania.

Si algun@s lector@s de este blog os animáis a contribuir comprando el libro, mis compañeros de antología y yo intentaremos dar lo mejor de nosotros mismos en cada letra de nuestros relatos o poemas para no defraudar vuestra confianza.

Un abrazo a tod@s y MIL GRACIAS por estar siempre al otro lado.

 

Estrella Pisa

Psicóloga col. 13749

 




 

Comentarios

  1. Muy buenas y necesarias reflexiones. Saludos.

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  2. Otra gran iniciativa que dice mucho de ti, de tu ilusión y tu compromiso, Estrella.
    Como señalas en el título vivimos tiempos oscuros y revueltos que no presagian nada bueno. La lucha por la libertad, la cooperación y la paz ha dado un paso atrás que se aprecia determinante. Ojalá nos equivoquemos.
    Un enorme abrazo :-)

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    1. Muchas gracias por tus palabras y tu apoyo incondicional, Miguel. Como bien dices, estos tiempos no presagian nada bueno, pero ojalá nos equivoquemos y aún quede esperanza para hacer de este mundo un lugar mucho mejor. Un fuerte abrazo.

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